jueves, 16 de abril de 2009


Este abismo a la inconciencia,
que sin disimulo me altera y deja en evidencia: mi desorden.
Mi desorden que se creía estructurado,
que se sabía tan bien armado,
mi desorden ilusionado.
Exceso diminuto de ambigüedad tan saboreado.

Que mi camino me encuentre,
que mi camino me encamine.
Que mi estado se deje ser,
se entienda abierto, se entienda amplio,
se sienta cerca,
que mi abrazo libere tus sonrisas profundas;
y este abismo imprudente
acceda a un abrazo entre mi desorden y tus teorías desbordadas.

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