de ser vencida por la soledad,
tan adherida a mi manera de soñar...
Miedo a enloquecer,
de tanta coherencia...
De tanta conciencia...
De tanta paciencia...
De un exceso de sutileza...
Miedo,
a la seducción de mi silencio,
tan ambiguo...
tan callado.
Silencio prepotente,
que acapara mis discursos...
Y yo,
sentada tan tranquila,
abusando del tiempo...
que por momentos,
me aniquila.
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