que mi mundo me queda chico...
que este cielo,
no me alcanza...
Que las mañanas están vacías...
Y a la noche,
las estrellas no me miran...
Que mis alas,
cada vez más cansadas,
caminan...
Que ni el viento me vuela...
Que casi nada me incentiva...
Que los libros,
no me leen...
Y las baldosas me pisan...
Que los damascos,
tienen el mismo gusto que la sandía...
Y que mi mirada,
ya no mira...
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