Que te demore
mi mirada
y como un paréntesis,
te despliegue en un espacio lento,
fuera de lo esperado.
Un espacio no planeado,
para recorrer
con la audacia de un ensayo,
sin miedo al juicio,
por no responder a un mundo pre-determinado.
Que me demore
tu mirada
y sin apuro,
me dedique a recibir
lo que me dicen los costados.
Los costados sin nombre
que son la estructura y el sostén
de mi camino,
camino por demás apalabrado.
martes, 26 de enero de 2010
jueves, 21 de enero de 2010
Busco algún alma
para que navegue por mi deriva,
y al leerme,
Que me lleve tu sentido,
y me disuelva en tu nada.
para que navegue por mi deriva,
y al leerme,
me lleve consigo,
en el sentido de mis palabras.
Le ofrezco mi desorden,
mi desborde, mi desbande.
Mi hambre de silencio,
mi predilección
por el vertigo de la nada.
Mi mirada flexible,
mi ansiedad por reducir distancias.
en el sentido de mis palabras.
Le ofrezco mi desorden,
mi desborde, mi desbande.
Mi hambre de silencio,
mi predilección
por el vertigo de la nada.
Mi mirada flexible,
mi ansiedad por reducir distancias.
Que me lleve tu sentido,
y me disuelva en tu nada.
lunes, 4 de enero de 2010
Extraño
un mar austero y desinteresado.
Hoy quiero ser cómplice
de alguna tormenta,
que se lleve la gente y nos deje solos:
frente a frente,
a mis pies descalzos,
sedientos,
y a su orilla.
Orilla que insiste
en traer hasta mí,
un poco de aquel horizonte
donde el silencio desnuda al cielo,
y el espacio parece haber podido
escaparse del tiempo.
Que insista esta orilla,
y aunque sea con los ojos cerrados,
me deje creer que,
estar lejos o cerca,
no es cuestión de distancia
sino de permeabilidad del alma.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)